Me llamo Gladys Ondina y tengo 70 años de edad, soy de El Paraíso. Yo vine por un problema en la orina y el Médico General, comenzó a examinarme. Él me dijo fíjese doña Gladys que yo le noto algo, una especie de masa en el lado derecho y no me gusta, entonces la remitiré a un Ginecólogo en un Centro de Salud para que le de un seguimiento a su problema. Me fuí al Ginecólogo donde me remitió, el me mando a hacer una mamografía, me detectaron Cáncer de Mama, todo esto fue en junio de este mismo año. Me enteré de la brigada gracias a mi nieta que trabaja en un hospital, le dijeron que se tenía que apartar un cupo para poder ser una posible candidata para el tratamiento, costó, pero se logró gracias al Señor y vine a la consulta para evaluación, la cita fue el 1 de noviembre, el Dr. Salinas me evaluó y luego fuí enviada con el internista ya con mi diagnóstico previo. Luego tuve otra cita en 10 días, al regresar me dieron la noticia de que era candidata para la cirugía y ¡Manos a la obra! Se me consultó si estaba de acuerdo a lo que dije que sí, me dieron la fecha para mi cirugía. Me ingresaron un jueves, un día antes de mi cirugía, se vino la oportunidad y aquí estoy y se que todo va a salir bien y confío en Dios que no voy a tener que pasar por quimios. Cuando recibí el diagnóstico me sentí muy mal, entré en depresión, no quería que nadie me hablara, pasaba encerrada en mi cuarto llorando, no comía ni dormía, luego yo misma me dí aliento, fuí a la iglesia y las hermanas me decían que confiara en Dios que El haría la obra en mi, jamás imaginé que me podrían detectar algo así, luego me di aliento y supe que si esto me estaba pasando Dios sabe porque es. Luego me entró la conformidad y me he mantenido tranquila. Aquí la atención es excelente en la Fundación. Algo que añado es que en está enfermedad me encuentro en mi segunda etapa y yo no siento absolutamente nada de dolor, solamente es mi diagnóstico, se que me sentiré mucho mejor cuando me recupere y le agradezco a Dios por los medicos, ya que después de Dios estan los médicos que hacen todo esto posible, son manos poderosas las que él envía.
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